El «mes del dolor», es un espacio en el que se busca educar a la sociedad sobre las realidades de quienes enfrentan dolor crónico a diario. Septiembre se ha convertido en un periodo especial para concientizar y abogar por el dolor crónico y las condiciones de salud que lo acompañan.

El dolor crónico es y se mantendrá como la causa más importante de enfermedad y discapacidad a nivel mundial (Rice et al. 2016). En este contexto, una de las enfermedades que merece especial atención es la fibromialgia, pues se considera una de las condiciones más complejas del dolor crónico.

Fibromialgia: una mirada más profunda
La fibromialgia es una enfermedad de dolor crónico que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por dolor generalizado a diversas partes del cuerpo, fatiga extrema, problemas del sueño y una serie de síntomas adicionales que pueden variar de persona a persona. Un área especialmente desafiante de la fibromialgia es el diagnóstico, ya que la enfermedad no se puede detectar fácilmente a través de pruebas de laboratorio o imágenes médicas. Esto a menudo lleva a malentendidos y escepticismo, lo que llega a ser emocionalmente doloroso para quienes la padecen.

Enfrentando la fibromialgia con esperanza
A pesar de los desafíos que plantea la fibromialgia, es importante destacar que no es una sentencia de vida. Muchas personas han aprendido a manejar sus síntomas y llevar una vida plena a pesar de esta afección. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudar:

Educación: Comprender la fibromialgia es el primer paso para enfrentarla. Tanto las personas que la padecen como sus seres queridos deben aprender sobre los síntomas, las posibles causas y las opciones de tratamiento disponibles.

Trabajo en equipo con el personal de salud: Un enfoque multidisciplinario es esencial para el manejo de la fibromialgia. Trabajar con médicos, psicólogos, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales puede ayudar a abordar los diferentes aspectos de la afección.

Estilo de vida saludable: Mantener una rutina de sueño adecuada, llevar una alimentación balanceada y practicar ejercicios suaves pueden contribuir a reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida.

Apoyo emocional: La fibromialgia puede tener un impacto significativo en la salud mental. Buscar apoyo de grupos de pacientes o terapia individual puede ser beneficioso para manejar el estrés y la ansiedad asociados.

La importancia de la comunidad
El «mes del dolor» nos recuerda la importancia de la empatía y el apoyo hacia quienes viven con dolor crónico, como la fibromialgia. Es una oportunidad para unirnos como comunidad, para educarnos y comprender mejor las luchas que enfrentan estas personas a diario. A través del conocimiento y la compasión, podemos ayudar a eliminar el estigma y mejorar la calidad de vida de quienes padecen fibromialgia. No están solos en su camino hacia una mejor calidad de vida.


Referencia

  • Rice ASC, Smith BH, Blyth FM. Pain and the global burden of disease. 2016 Apr;157(4):791-796. doi: 10.1097/j.pain.0000000000000454. PMID: 26670465.