En general, el niño presenta dolores difusos varios años antes del diagnóstico. Tal y como indica el portal pediátrico Kids Health, el paciente se suele quejar de un dolor generalizado que no se encuentra en ninguna parte específica del cuerpo y que tiende a moverse y cambiar de lugar.

El dolor se describe como difuso, profundo y continuo, con algunos periodos de exacerbación. Estos picos de malestar podrían deberse a factores exógenos como el estrés, el exceso de ejercicio o las infecciones virales. Los síntomas está en ambos planos corporales, por debajo y por encima de las caderas.

Las cifras de los síntomas de la fibromialgia en niños

A pesar de que se conozca poco acerca de la causa de la patología, sí que se han registrado los síntomas de forma exacta. El portal médico HHS Public Access nos muestran los signos clínicos más comunes, según el porcentaje de pacientes que lo sufren. Los datos son los siguientes:

  • Dolores musculoesqueléticos generalizados (100 %): este es el signo más común y definitorio, pues lo padecen todos los pacientes juveniles con fibromialgia. El malestar debe estar por, al menos, 3 meses.
  • Dolor de cabeza (78 %): este malestar es de naturaleza idiopática, o sea, desconocida en su origen.
  • Dificultad para dormir (65 %): especialmente preocupante en la edad pediátrica. Se ha observado que los niños presentan una tasa de absentismo estudiantil más alta debido a la fatiga e imposibilidad para descansar.
  • Rigidez muscular a la hora de levantarse (39 %): la fibromialgia juvenil también se asocia con estrés, ansiedad, depresión y otras patologías emocionales, lo que podría favorecer las contracturas.
  • Dolor abdominal y síntomas de intestino irritable (20-30 %): hasta un 30 % de los pacientes con fibromialgia también sufren problemas gástricos.

Como puedes ver, la fibromialgia en niños y adolescentes suele ir acompañada de otros trastornos, tanto emocionales como físicos. Esta variante es muy parecida a la experimentada por los adultos, si bien la comorbilidad psicológica parece ser menos severa en jóvenes.

Causas y factores de riesgo

Según la Clínica Mayo, la fibromialgia es una condición idiopática. Esto quiere decir que no se conoce su causa, aunque se estipulan factores desencadenantes de índole multifactorial. Se cree que el JFMS es producto de una predisposición genética y de la exposición a una serie de estresores ambientales.

Cuando el niño se expone a estos eventos se produce un suceso conocido como sensibilización del sistema nervioso centralEste es un fenómeno muy complejo, pero nos basta con saber que los pacientes que lo desarrollan tienen una hiperexcitabilidad en los circuitos nociceptivos, debido a cambios en la actividad de transmisión entre neuronas.

Esta sensibilización aumentada involucra a los receptores de estímulos, los neurotransmisores, los canales iónicos y las rutas de señalización. Como resultado, se perciben estímulos mínimos como dolorosos y alargados en el tiempo. También se observa una mayor actividad frente al dolor crónico en el sistema límbico y la corteza prefrontal del cerebro.

Factores de riesgo

Además de todos estos datos, cabe destacar que no todas las personas presentan el mismo riesgo de desarrollar una fibromialgia. Entre los grupos más proclives al padecimiento destacamos los siguientes:

  • Mujeres: el porcentaje de niñas con fibromialgia es de un 8,8 %, mientras que los varones no supera una incidencia del 4 %. No se conoce el motivo de esta diferencia.
  • Tener familiares con fibromialgia: un 25 % de los familiares de los pacientes con la condición tienen algún tipo de dolor crónico. Existen ciertas mutaciones y polimorfismos genéticos que podrían asociarse a la fibromialgia.
  • Presentar otras enfermedades que afecten al sistema locomotor.

Pruebas de diagnóstico para la fibromialgia en niños y adolescentes

Tal y como indica la corporación WebMDsolo es posible llegar al diagnóstico de la fibromialgia en niños y adolescentes tras descartar toda posible patología subyacente. Antes se utilizaban los puntos sensibles para cuantificar el dolor en el paciente, pero ahora esto no se hace, ya que no reporta suficiente información diagnóstica.

Más allá de lo difuso, la American College of Rheumatology establece los siguientes criterios para catalogar una fibromialgia juvenil:

 

  1. Dolor generalizado en al menos 4 de las 5 regiones corporales consultadas.
  2. Síntomas permanentes al mismo nivel de intensidad por, al menos, 3 meses.
  3. Un índice de dolor generalizado mayor a 7. Este valor se obtiene mediante criterios estandarizados.
  4. La existencia de una fibromialgia no desestima posibles patologías subyacentes.

Si crees que tu hijo cumple todos estos signos estandarizados, es hora de acudir al médico. Existen muchas enfermedades que pueden provocar dolor osteomuscular, pero esta es especial debido a su cronicidad, su permanencia y la falta de mejoría a lo largo del tiempo.

Tratamiento de la fibromialgia en niños y adolescentes

Los objetivos del tratamiento en los pacientes son permitir al infante manejar su dolor, restaurar la funcionalidad del enfermo, reducir la tasa de ausencia estudiantil, evitar el aislamiento social, fomentar la percepción de uno mismo y ayudarle a manejar su condición crónica.

La revista Pediatría Integral y otras fuentes ya citadas nos muestran los mecanismos de abordaje para cada uno de estos frentes.

Medicamentos

Los medicamentos no son la primera línea para tratar la fibromialgia, pero muchos de ellos pueden ser de utilidad en ciertos pacientes. Entre los fármacos más utilizados encontramos los siguientes:

  • Antidepresivos: algunos tipos de antidepresivos tricíclicos pueden ayudar al paciente a manejar su dolor, dormir mejor y combatir la fatiga crónica. Hay que tener en cuenta que el tratamiento es a largo plazo.
  • Reductores del dolor: algunos fármacos de venta libre, como el ibuprofeno o el naproxeno, pueden ayudar al niño a manejar el malestar. Si este es muy fuerte, el pediatra puede acudir a medicaciones más fuertes bajo prescripción y monitoreo, como el tramadol.
  • Anticonvulsivos: algunos anticonvulsivos recetados en pacientes con epilepsia ayudan a reducir los síntomas de la fibromialgia. Aún así, cabe destacar que estos frentes siguen bajo estudio.

Ejercicio y estilo de vida

El ejercicio puede aumentar el malestar del niño al principio, pero poco a poco sus músculos se irán fortaleciendo y puede que el cuadro mejore. Un estilo de vida saludable es clave para gestionar la fibromialgia.

Esto incluye horarios de descanso fijos, una dieta equilibrada, actividades que reduzcan el estrés y entretenimiento en cantidades adecuadas.

Terapia psicológica

El hecho de presentar un dolor crónico se asocia a eventos psicológicos como depresión, estrés y ansiedad. Es recomendable que todo infante con fibromialgia acuda al psiquiatra y al psicólogo. La terapia cognitivo conductual y otros enfoques le ayudarán a gestionar su dolor y sus emociones.

Pronóstico de la enfermedad

Los síntomas de la fibromialgia en niños y adolescentes persisten a lo largo de la vida del paciente en el 70 % de los casos. De todas formas, las fuentes científicas también argumentan que un tratamiento multidisciplinar a tiempo mejora el pronóstico. Cuanto antes se comience el abordaje, mejor.

Por todas estas razones, te recomendamos que acudas al médico con tu hijo si notas que presenta dolores musculares crónicos y difusos extendidos en el tiempo. Aunque la fibromialgia no tenga cura, puede manejarse. La calidad de vida mejorará drásticamente con el enfoque adecuado.

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